
Ya más centrados y pasados unos minutos, rebobinamos y volvemos a sentir ese momento, en el cual sentimos que nuestro corazón se paraba, nos damos cuenta de que fue una suerte vivir esos instantes, repasando todas nuestras paradas de corazón, uno se llega a dar cuenta que no es por casualidad poder sentir, el tener capacidad para ser feliz, para vibrar, para sentir y para estar más plenos, es una suerte poder ser así y poder disfrutar de todas esas sensaciones que tenemos guardadas y muchas veces, insignificantemente afloran uno o mil instantes, reflejando todo lo nuestro, todo lo que llevamos dentro.
P.D. Escucho ¡¡Oh Happy Day!! Orquesta Paul Mauriat.
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2 comentarios:
Creo que eso es por que seguimos teniendo sangre en la venas por fortuna.
Un saludo
Dicen que la vida es como un viaje por mar,hay dias en calma , y dias de borrasca.
lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco.
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