Aunque el tiempo no se detiene, aunque la vida continúa, es inexorable el paso de ámbos dos, como si no quisieramos darnos cuenta de ello. Por eso, a estas alturas cuando ya estoy o mejor dicho estamos casi de vuelta de muchas cosas, siempre te tienes que sobresaltar de algo.
Por muy fuerte que uno parezca o por muy de vuelta que estés, algo te impacta, aunque sea como vulgarmente decimos una "bobada". En la mayoría de los casos, se queda para nuestros adentros, pero cuando lo exponemos por decirlo de alguna manera y en ese momento nos encontramos, digamos en un lugar en el cual estamos muy a gusto, con nuestra exposición, podemos poner en peligro otros estados que posiblemente hubiesen sido mas satisfactorios sin haberlo expuesto y, los hemos abandonado (esos estados).