Uso de razón

   Cuando hice la Primera Comunión con 6 años y estando en perfecto “uso de razón”, según mis mayores, catequistas y párroco, como se comprende, no tenía ni idea de esa frase. O sea, no se me iluminó nada en mi cabeza, ni que yo recuerdo hubo una transformación rápida en el conocimiento y entendimiento de las cosas, las cuales el día anterior, desconocía.

   Por supuesto que si hubo un cambio, por lo menos en una temporada, influenciado por el Sacramento de la Comunión, al parecer el mismo, me hizo sentir una sensación de bondad hacia todas las cosas, incluidos mis semejantes, no muy común a tan temprana edad.

   Cuando se utilizaba la frase “uso de razón”, con una dosis muy frecuente, era sencillamente eso, estar en posesión de un raciocinio, o sea, una capacidad para pensar, discernir y juzgar después que hemos pasada la etapa de la niñez. Se utilizaba para de alguna manera responsabilizar al sujeto de sus actos.

   Con el paso del tiempo y siempre bajo mi apreciación, “la frasecita” ha ido poco a poco desapareciendo, o por lo menos en desuso hasta hace unas fechas, que ya no se escucha, salvo en contadas ocasiones. Hemos pasado a interpretar nuestras edades legales, tipificadas en nuestras leyes, a nuestro antojo.

   Sobre la inducción, la deducción y la hipótesis de los cauces del razonamiento, ya os hablaré en otro momento. Aunque la mayoría de los razonamientos que nos encontramos en la actualidad, están basados en los hipotéticos, por varias cuestiones.