
Después de esta pequeña exposición de unos hechos que pudieron acabar con uno de mis sentidos (gusto), paso a......, digamos de alguna manera justificar el por qué tenemos la costumbre o manía de poner siempre en la mesa los alimentos o cualquier otro líquido elemento recien ebullicionado.
Es mi entender que en la mayoría de los casos, se sirven de esta manera para que las conversaciones o cualquier otro estadio, se dilaten en el tiempo. El caso es que en algunas ocasiones se logra una efecto-causa positivo, pero es cierto que en otros casos, ayuda a mantenerse uno bien informado poniendo toda la atención a la -tele- esperando que los sólidos o líquidos tales nos resulten agradables al paladar.
Dado que no quiero hacer una tesina del tal diario, eso es todo. Saludos para tod@s y buen fin de semana.
4 comentarios:
Caliente sí... pero ardiendo no... primero porque no se saca el sabor y segundo porque resulta más negativo como dices.
Ah, por cierto, no consigo ver la foto.
No pude remediar reirme , qien te veria con el café ardiendo en la boca, bueno que no falten los reflejos , nos quitan de situaciones como estas y peores
saludos.
mari.
No es la primera vez que me achicharro la lengua, como odio esa sensación, jajaja...
Muuuuuacks!
Hola Pepe:Vengo de visita pues como ahora salgo algo no vine antes, pero como casi somos paisanos aquí me tienes .
Muy bonito relato y buen fin de semana
NO SE SI HOY HACE MUCHO FRIO AQUI EN TU TIERRA EN LA MÍA NO HAY QUIUEN PARE.
MIRA UN ABRAZOTE DE ESTA Leonesa
Marina
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