Después de unos días de septiembre, ha vuelto a reinar la calma en los lugares que durante los meses álgidos del verano son inundados por gentes ávidas de sol y playa. Llegadas estas fechas y con la "calma chicha" como se diría en términos marineros (soy de costa) reina la tranquilidad. Las gentes parece que recogen sus artes rutinarios para continuar como si nada hubiera pasado. Unos a sus sitios de procedencia y otros a lo de siempre, pensando en poder irse muy pronto a disfrutar a esos lugares que tanto anuncian las agencias con grandes ofertas.
La cruda realidad nos pone a cada uno en su sitio. La vuelta a lo cotidiano, no siempre es fácil y menos en estos tiempos que corren. Con los pies de nuevo en el suelo y lo insidioso de la verdadera situación más grave de lo que parece, es con lo que tenemos que luchar. Paro, hipoteca, niños, colegios y un etcetera más de cúmulos que hace que no sea un otoño muy normal y eso que los otoños siempre han sido idílicos y muy sentimentales por eso de la caída de la hoja. Sin más, que los otoños nos doren la piel y dicho sea de paso que no nos doren demasiado no vaya a ser que nos quememos.
La cruda realidad nos pone a cada uno en su sitio. La vuelta a lo cotidiano, no siempre es fácil y menos en estos tiempos que corren. Con los pies de nuevo en el suelo y lo insidioso de la verdadera situación más grave de lo que parece, es con lo que tenemos que luchar. Paro, hipoteca, niños, colegios y un etcetera más de cúmulos que hace que no sea un otoño muy normal y eso que los otoños siempre han sido idílicos y muy sentimentales por eso de la caída de la hoja. Sin más, que los otoños nos doren la piel y dicho sea de paso que no nos doren demasiado no vaya a ser que nos quememos.
0 comentarios:
Publicar un comentario